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Proyectos

Dionewar, Senegal

2020

Ndank Ndank es una expresión wolof que significa “poco a poco”. Y también es el nombre de una asociación vascosenegalesa, pequeñita y familiar, que lleva más de 10 años trabajando en la isla de Dionewar.

Esta asociación, fundada en Bergara por Eli y Mamadou, decide impulsar el proyecto más complejo de todos los que han hecho hasta ahora: un centro que responda a las demandas de la gente joven que vive en la isla, un espacio comunitario que se convierta en referente sociocultural y catalizador de actividades y talleres de todo tipo.

Contenido del acordeón

Entonces, cuando el Covid no existía, Eli llama a Ana porque necesitan un técnico en terreno, alguien que realice el proyecto y la dirección de obra.

Ana es Ana Asensio, arquitecta y amiga, especializada en cooperación al desarrollo entre otras muchas cosas. Pero Ana, que no puede, me llama para pasarme el proyecto, sin pedirme nada a cambio, porque sí, porque confía en que puedo hacerlo. Y yo le digo que sí, que vale, que yo me voy a Dionewar; pero que ella hace el proyecto conmigo.

Así nace el proyecto más bonito y difícil que he hecho hasta ahora: el Centro Cultural de Dionewar.

Empezamos a diseñar el proyecto a finales de 2019, yo desde Motril y Ana desde Amsterdam.

Como punto de partida concebimos un centro cultural que se iría definiendo y construyendo por fases, que sería sostenible, y que pondría en valor la identidad y los sistemas constructivos populares de la zona.

El edificio se sitúa en una parcela elegida por la comunidad, en una zona semi boscosa al norte del pueblo, entre el mar y la marisma.

La sala polivalente es la primera construcción y debe tener sentido y coherencia en sí misma, y además, relacionarse adecuadamente con las construcciones que se levantarán a posteriori.

La proyectamos como un espacio vacío 100% flexible. Un paralelepípedo que nace de una planta rectangular con su fachada principal al sur. Se cubre con una cubierta vegetal a dos aguas que se prolonga apoyándose sobre una hilera de pilares de madera, permitiendo así la aparición de un lugar de trabajo y relación al exterior, pero a la sombra. Los huecos para iluminación y ventilación se abren en la fachada sur y en la fachada norte, forzando la ventilación natural en toda la sala.

La cubierta vegetal es un sistema tradicional, rápido y económico, y está vinculado a la memoria del lugar. Además asegura un buen aislamiento térmico y acústico, cosa que no hacen las cubiertas de chapa metálica o paneles prefabricados.

Por otro lado, en la zona más al este, situamos los baños. Entre los baños y la sala proyectamos un espacio vacío para generar un patio que será un lugar de descanso, de higiene, de sombra verde, un espacio exterior pero íntimo.

Y para que ese espacio sea entendido como patio, lo cerramos con un muro en celosía, que otorga cierta intimidad sin anular las vistas o la circulación del aire.Y por último, otro muro, esta vez macizo y exento, aparece frente al alzado sur de los baños.

Se trata de un gesto con el que insinuamos dónde se levantará el primer muro de la Fase 2, con el que dejamos claro que el proyecto continúa. Y no solo eso, también nos permite delimitar la entrada al recinto creando una calle que conectará los distintos usos y edificaciones. Este muro, al igual que el resto, se construirá con ladrillos de BTC (bloque de tierra comprimida) traídos de Mbour, una ciudad próxima a la isla, y supone el aprendizaje de un sistema constructivo ecológico basado en la tierra.

Una vez terminado el proyecto, Ndank Ndank y el grupo de jóvenes que representa a la comunidad lo validan.

Les ha gustado mucho, están muy ilusionados. Y nosotros también.

Ahora toca planificar la dirección de obra, comprar los billetes y mudarse a Dionewar.
Semanas después llego a la isla y me acogen con los brazos abiertos. Es increíble este país. ¡Le debo tanto!

Me reúno con los jóvenes, con el alcalde, con las autoridades. Me tiro semanas presentando el proyecto al pueblo y conociendo a las personas más importantes de la región. No me conocen de nada y tengo que ganarme su confianza. El proyecto se convertirá en un hito y dará trabajo a mucha gente. Impactará en la economía de la isla, no es un asunto menor.

Pasado un mes el trabajo está prácticamente hecho. Ahora toca preparar los talleres de bioconstrucción con los que formaremos a los albañiles y avanzar con la preparación de la obra.

Pero de repente, en cuestión de días, aparece el Covid. Se ha convertido en una pandemia y el mundo entero está patas arriba. Después de días de reflexión decidimos interrumpir el proyecto. Me vuelvo a España…

Meses después, con las fronteras todavía cerradas pero con Senegal funcionando con cierta normalidad, decidimos retomar el proyecto. Buscamos un equipo local, hacemos entrevistas, planificamos de nuevo y empezamos la obra. Todo esto en remoto. 

A partir de aquí empiezan unos meses muy difíciles. Se nos presenta un reto enorme que logramos solventar gracias al trabajo incansable y diario de todo el equipo.

Un reto que da lugar, como decía más arriba, al proyecto más bonito y difícil que he hecho hasta ahora.

Un proyecto que fue posible a pesar de las adversidades, a pesar del Covid

Un proyecto que ya está vivo, que ya funciona, que ya está transformando la isla y convirtiéndose en un hito para la comunidad.

Un proyecto que se construyó sin prisa pero sin pausa, o como dicen ellos, Ndank Ndank.

Materiales

1Ladrillo BTC

2Madera local

3Rafia

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